Laguna Mar Chiquita

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LAGUNA MAR CHIQUITA

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LAGUNA MAR CHIQUITA

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LAGUNA MAR CHIQUITA

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La laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza es una enorme laguna endorreica de elevada salinidad, que se encuentra en el noreste de la Provincia de Córdoba, en el centro de Argentina. Su superficie variable —que puede rondar los 8000 km²— la convierte en uno de los lagos salados más extensos de los hemisferios sur y occidental. Además, es la mayor superficie lacustre de la Argentina, el 4.º lago salado endorreico más grande del planeta y el 4.º lago de planicie más extenso del mundo.

Este mar interior forma parte del área natural protegida denominada Bañados del Río Dulce y Laguna de Mar Chiquita.

Es también conocida como mar de Ansenuza, y hasta mediados del siglo XIX como Laguna de los Porongos, por una especie de calabacilla (Lagenaria vulgaris) así llamada, aunque esta última denominación ha quedado reservada a una serie de lagunas menores que se encuentran algunas decenas de kilómetros al noroeste.

Su superficie promedio ronda los 6000 km², pero en épocas de sequía intensa puede disminuir a unos 2000 km², con una mínima registrada históricamente de 1984 km², y un volumen de 14,483 km³.
La laguna es el centro de una cuenca endorreica cuyos principales afluentes son los ríos Dulce , río Suquía y río Xanaes. El río Dulce  aporta sus caudales desde el noroeste (Santiago del Estero) y los ríos Primero y Segundo lo hacen desde el suroeste (Córdoba).
Antes de alcanzar la laguna, sus afluentes forman «bañados» (humedales) sobre una superficie de casi 10 000 km². Los humedales más importantes se ubican en la zona norte de la laguna, llamada Bañados del Petri. Otro aporte de aguas importante es subterráneo; en efecto, en gran medida la laguna es una afloración del acuífero Guaraní.
El llamado «borde de los Altos de Chipión» o «Cuesta de Morteros» resulta un verdadero dique natural en el este de la laguna, que impide el flujo superficial de sus aguas hacia la cuenca del Plata; también es elevada la costa sudeste, en la zona llamada Barrancas del Saladillo. En cambio, por el norte y oeste las costas son bajas y poco precisas, existiendo algunas lomadas muy bajas que se entroncan con ramificaciones de las sierras de Córdoba.
Turismo en Miramar
La actividad turística tuvo su esplendor durante el siglo XX. Hasta que el año 1970, gran parte de Miramar quedó bajo el agua. A causa de las crecientes lluvias, la laguna superó las 700.000 hectáreas, por lo que la ciudad tuvo que ser reconstruida a niveles superiores. Actualmente, se pueden visitar las ruinas del Gran Hotel Vienna y del Hotel Copacabana, entre otras.

Fotos: Diques de Córdoba ©

Ruinas del Gran Hotel Vienna. Foto: Diques de Córdoba

La leyenda

Ansenuza, la diosa que habitaba las aguas, era una mujer bellísima, pero extremadamente cruel con aquellos que entraban en sus dominios. Un día, mientras recorría la laguna, Ansenuza encontró sobre la arena el cuerpo de un indio sanavirón. Su primera reacción fue atacar al intruso y destruirlo, pero al percatarse de su inmovilidad, se acercó lentamente a él. El fuerte cuerpo del indio indicaba claramente que era un guerrero, pero se encontraba gravemente herido, tendido en un sueño de agonía y muerte.

Ansenuza, observando al guerrero, sintió como su corazón comenzaba a latir con mayor fuerza y por primera vez sintió que se enamoraba perdidamente. Pero inmediatamente se dio cuenta de que no podría salvarle la vida y entonces comenzó a llorar. Sus lágrimas cayeron en torrente y bañaron el cuerpo del hombre muerto. Tanto lloró que sus lágrimas tornaron saladas las aguas, y ante tanto dolor los demás dioses se apiadaron de ella.

El padre de los dioses decidió dar una oportunidad al amor que había nacido en el corazón de Ansenuza, devolviendo la vida al joven guerrero. Del cielo cayó un rayo que iluminó el cuerpo inmóvil, y lo transformó en una hermosa y esbelta ave de plumas rosadas.

Desde ese momento el flamenco habitó las aguas salobres de Ansenuza, que es como los lugareños llamaban a la laguna Mar Chiquita. Aguas a las que los dioses dieron propiedades curativas para que ya nunca deba llorarse por la pérdida de un amor. Fuente: https://pueblosoriginarios.com/

Lagenaria siceraria, de nombre común porongo o mate. Foto: Wikipedia

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